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¿Cómo mejorar mi conciencia sensual?

El precioso regalo de la vida son nuestros cinco sentidos: vista, oído, olfato y gusto. Nuestras respuestas sensuales al mundo disminuyen si las ignoramos o suprimimos. Somos más propensos a sentirnos estresados y alterados, y nuestra capacidad para curarnos de las enfermedades es más lenta. Cuando alguno de nuestros sentidos deja de funcionar, cuando tenemos miedo o estamos en plena pasión, todos estos sentidos se vuelven más sensibles. Es posible introducir una mayor conciencia sensual en nuestra vida cotidiana y en nuestras relaciones más íntimas. Cuando prestamos más atención a nuestra pareja, nos sentimos más conectados y alineados. Esto a menudo conduce a un mayor amor, placer y alegría en nuestra relación. Se dice que los ojos son la ventana del alma.

Ojos

Nuestros ojos ven la asombrosa belleza, los colores y las formas de la naturaleza. Nuestros ojos pueden determinar si hacemos o rompemos el contacto. Nuestra visión periférica nos permite detectar peligros y anticipar movimientos. Nuestros ojos pueden detectar las emociones y actitudes de los demás incluso cuando no somos conscientes. Incluso un fallo momentáneo en la atención de la madre puede hacer que los niños reaccionen negativamente. Nuestros ojos ven más allá de la apariencia exterior. Podemos ver la belleza dentro de cada uno de nuestros corazones a través de los ojos del amor. El sonido puede advertirnos de un peligro o prometernos emociones.

El latido del corazón de la madre tranquiliza a su bebé y lo duerme. El ronroneo de un gato nos calma, nos hace sonreír o nos despierta si tenemos miedo a los gatos. Si somos los dueños del perro, nos protegerá o nos asustará si no lo somos. La voz de nuestro amante puede excitarnos con sentimientos apasionados o repelernos tras una discusión. Algunos sonidos pueden ayudarnos a aprender. Algunos sonidos pueden ayudarnos a aprender. El entorno y los sonidos que emanan de nuestro amante pueden potenciar o dificultar nuestro deseo sexual, nuestra excitación o nuestro placer sexual en general. Las personas sanas pueden detectar entre 10.000 y 30.000 olores diferentes. Cada persona tiene sus propias preferencias en cuanto a olores, dependiendo de su cultura, etnia, sociedad y recuerdos.

Recuerdos

Los recuerdos desencadenados por un olor concreto son más emotivos que otras señales sensoriales. El sentido del olfato es responsable de algunos de los recuerdos más angustiosos de las víctimas de abusos sexuales o catástrofes. El aroma de las galletas recién horneadas y del horno asado puede calentarnos el corazón, recordándonos una época feliz y reconfortante de nuestra infancia. Los olores persistentes de las colonias de nuestros seres queridos o los olores corporales naturales pueden desencadenar nuestro deseo de conectar. El Dr. Alan R. Hirsch (M.D.), autor del libro Scentsational Sex, llevó a cabo una investigación para determinar qué olores provocan excitación sexual tanto en hombres como en mujeres.

Las combinaciones de lavanda y pastel de calabaza fueron las más estimulantes para los hombres. Además, aumentaban el flujo sanguíneo al pene. El regaliz, los donuts y los bollos de canela también tuvieron efectos estimulantes. Sin embargo, los hombres respondieron a todos los olores con una mayor excitación. En el caso de las mujeres, sin embargo, ocurrió lo contrario. Las mujeres se excitaban más con el olor a Bueno y abundante, caramelos de regaliz o regaliz Allsorts, y pepino. Sin embargo, también eran más sensibles al olor de la tarta de calabaza y la lavanda. Podemos crear un entorno sensible a los olores para aumentar el placer sexual y estimular los sentidos de nuestra pareja identificando qué olores nos resultan más estimulantes. Puede que sea una cuestión de gustos, algo que quizá sea más cierto de lo que pensamos. Lo describe mejor la expresión francesa, chacun un fils gout, que significa "a cada cual su gusto".

Categorías

De hecho, los seres humanos son genética, cultural e individualmente diferentes en su capacidad para detectar los sabores de los alimentos. Los científicos han dividido a las personas en tres categorías: supergustadores y degustadores. Esto se basa en el número de fungiformes (las estructuras que albergan las papilas gustativas) que tienen en la lengua. 25% de la población son supergustadores y 25% son no-gustadores. Los 50% restantes son catadores. Los supergustadores son más frecuentes en las mujeres, sobre todo durante el embarazo o la ovulación. Los supergustadores son más sensibles a los compuestos amargos del brécol y otras verduras, así como al regusto amargo de los edulcorantes artificiales. Los no catadores no perciben estos sabores amargos.

Podemos cocinar comidas que satisfagan las papilas gustativas de nuestra pareja, o podemos disfrutar de los sabores únicos de cada uno. Incluso la intención de tocar puede influir en la salud, resistencia, textura y capacidad de respuesta de nuestra piel y órganos internos. La calidad del tacto, la composición genética, el estado de salud, las experiencias táctiles pasadas, el umbral del dolor y los niveles de dolor individuales, así como las percepciones, creencias y recuerdos, influyen en cómo reacciona nuestra piel al tacto. Incluso un leve contacto con la superficie de la piel puede influir profundamente en nuestra capacidad de sentir placer, dolor, irritación y cosquillas. Cada persona responde de forma diferente al tacto. También respondemos de forma diferente a distintos tipos de tacto, en distintos momentos y con distintas personas. La terapia táctil puede aliviar nuestros dolores y molestias físicas, mientras que la psicoterapia corporal somática puede mejorar nuestra salud general.

 

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