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¿Cómo tratar el dolor de los cálculos renales?

Por desgracia, los cálculos renales son algo cotidiano. Uno de cada diez estadounidenses sufrirá un cálculo renal en algún momento de su vida. Son más frecuentes en el sur de Estados Unidos, de ahí lo de "cinturón de piedras". Aunque es poco probable que se reconozcan muchos cálculos diminutos durante el tránsito, pueden llegar a ser insoportables cuando alcanzan unos pocos milímetros. Suele tratarse de un dolor agudo debajo de las costillas, en una o ambas espaldas, que se irradia hasta la zona de la vejiga en la ingle. Estos dolores suelen ir acompañados de náuseas y vómitos. Los pacientes pueden moverse constantemente intentando encontrar una posición cómoda. El cálculo queda atrapado en una sección o uréter de la estructura tubular que va de la vejiga al riñón.

Factor dolor

Parte del dolor puede deberse a una restricción u obstrucción del flujo de orina. El uréter también se contrae enérgicamente e intenta desplazar el cálculo. A menudo, el cálculo puede desgarrar el delicado revestimiento del uréter, haciendo que la sangre se filtre en la orina. Esto continúa hasta que el cálculo se desplaza a la vejiga o hasta que se inicia la terapia médica. ¿Qué puede hacer un médico para tratar un cálculo renal agudo? En primer lugar, puede colocar unas bolsas intravenosas al paciente. Puede inyectar un fármaco inflamatorio no esteroideo, como el ketoralaco, para reducir la inflamación. O puede decidir inyectar un fármaco opiáceo para aliviar el dolor y diluir la orina. A veces, puede utilizar un diurético para aumentar el flujo de orina. 90% de los cálculos de menos de 4 mm se expulsan, lo cual es positivo. Cuando desaparezca el dolor inicial, es posible que envíe al paciente a casa para que analice su orina en busca del cálculo. El análisis del cálculo puede ayudar a prevenir futuros cálculos.

A veces, es evidente que el cálculo es mucho mayor de lo esperado y no se mueve. Para un tratamiento más específico, puede que le remita a un especialista en urología. Este especialista tiene muchas opciones. El especialista puede examinar el uréter con un endoscopio especial. Puede decidir colocar un tubo alrededor de la obstrucción para que la orina pueda pasar. Si el cálculo no es demasiado grande, puede colocar una cesta para extraerlo. Puede utilizar ultrasonidos para romper el cálculo o recomendar el tratamiento de litotricia extracorpórea, que consiste en una potente onda sonora dirigida al cálculo desde el exterior. Esta técnica a veces puede causar daños en otros órganos, por lo que debe utilizarse con cuidado. Una vez roto, el cálculo suele atravesar el uréter.

¿Cuál es la causa de una piedra?

¿Has visto alguna vez el experimento en el que se suspende un cordel en una solución azucarada saturada y empiezan a crecer cristales en él? Esto es lo que ocurre con los cálculos renales. Los cristales se forman cuando hay demasiada cantidad de un mineral u otra sustancia en la orina. El cristal crece más y más hasta que es imposible expulsarlo. El oxalato cálcico es el tipo más común de cálculo (por ejemplo, cristal). Constituye más del 80% de todos los cálculos. El fosfato cálcico es el siguiente tipo de cálculo más frecuente. Alrededor de 5% a 10% de todos los cálculos están formados por ácido úrico, que es el mismo proceso que causa la gota en las articulaciones. Los cálculos de estructuvita pueden formarse por bacterias que desdoblan la urea en infecciones crónicas de las vías urinarias. La formación de cálculos también puede deberse a otras afecciones metabólicas.

El análisis de los cálculos puede indicar varias de estas afecciones, mientras que pruebas de laboratorio como la química sanguínea o el análisis de orina pueden sugerir otras. Si se sospecha la presencia de un cálculo renal, hay muchas formas de diagnosticarlo. Una de ellas es una KUB (radiografía simple de abdomen). Este estudio puede medir y mostrar el contenido de calcio de muchos cálculos. Otra técnica es la ecografía. A veces muestra el cálculo propiamente dicho, pero con más frecuencia muestra el agrandamiento de la obstrucción renal. Un TAC puede ser muy útil para determinar el tamaño y la localización de los cálculos.

Radiación

Últimamente existe cierta preocupación por la exposición a la radiación de las tomografías computarizadas. Esto puede o no ser una opción. Para mostrar la localización de la obstrucción y su extensión, puede utilizarse un tinte especial junto con radiografías simples o TC. Existen algunas advertencias para prevenir los cálculos renales. Una de ellas es la ingesta adecuada de líquidos. Esto significa beber entre 6 y 8 vasos de agua al día. Deben evitarse los cálculos de oxalato cálcico (el tipo más común). Esto incluye alimentos ricos en oxalato como el chocolate, los frutos secos y las espinacas.

Los cálculos de oxalato pueden prevenirse con zumo de naranja. La formación de cálculos puede deberse a la ingesta de grandes cantidades de vitamina C. El tratamiento con el medicamento alopurinol, que reduce la formación de ácidos úricos, se recomienda si hay niveles elevados de ácido úrico en la sangre. A veces, el médico puede recomendar diuréticos tiazídicos para disminuir la excreción de calcio en la orina. Un tratamiento adecuado de las infecciones urinarias reducirá la probabilidad de formación de cálculos de estruvita. Las visitas regulares al médico pueden dar lugar al tratamiento de afecciones médicas subyacentes como el hiperparatiroidismo. Esto evitaría la formación de cálculos renales en el futuro.

 

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