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¿Cómo tratar de forma natural el dolor articular?

El dolor, la hinchazón, la rigidez y el agarrotamiento de las articulaciones pueden alterar drásticamente su vida, dificultándole hacer las cosas que le gustan. Tendemos a concluir que la artritis se ha instalado cuando sentimos dolor en los dedos y las muñecas, las rodillas, las caderas u otras articulaciones. Aunque el dolor articular es una reacción natural a la inflamación de nuestro organismo, no significa necesariamente que padezcamos una de las cientos de formas de artritis. A veces, el dolor articular es una señal de que necesita hacer cambios positivos en su dieta y hábitos de ejercicio, nivel de estrés y peso corporal, así como en su...

Formas naturales

Existen formas naturales de mejorar la movilidad y reducir o incluso eliminar el dolor, independientemente de si el dolor articular se debe a cambios hormonales, exceso de acidez, clima frío y húmedo, artritis o cualquier otro factor. Es importante identificar el origen de su dolor articular y realizar cambios positivos en su estilo de vida. A medida que se acerca la menopausia, los cambios hormonales son un factor común en la vida de las mujeres. La actividad física intensa puede causar lesiones articulares graves o persistentes.

Cambios relacionados con la edad en los mecanismos de reparación de la matriz de colágeno Actividades como las carreras de larga distancia que se realizan durante muchos años. Clima frío y fluctuaciones de la presión atmosférica. Alergias a alimentos como el trigo y los lácteos. Una dieta rica en ácidos, como las verduras de solanáceas, los tomates, los pimientos, las berenjenas y las patatas. Una dieta rica en productos animales.

Dieta adecuada

Una dieta rica en productos animales puede provocar carencias nutricionales como calcio, magnesio y manganeso. Infecciones de bajo grado (infección dental) y enfermedades autoinmunes. El organismo puede acumular sustancias tóxicas. El best-seller del Dr. Robert Young, "El milagro del pH", afirma que el dolor no puede existir sin acidez. La acidez no puede existir sin dolor. Para funcionar bien, el cuerpo humano necesita un equilibrio entre acidez y alcalinidad. Los estadounidenses son más ácidos que nunca debido al estrés, al aumento del consumo de azúcares, carbohidratos, azúcares, carnes rojas y refrescos.

La acidez puede causar inflamación, mientras que la alcalinidad puede reducirla. La inflamación y el dolor pueden deberse a un exceso de ácido en nuestro organismo. Esto se debe a que tenemos más calcio, minerales y sustancias tóxicas ácidas en nuestro cuerpo. Esto puede provocar dolor en las articulaciones y afecciones artríticas. Reduzca los alimentos ácidos y beba más alimentos y bebidas alcalinizantes para restablecer unos niveles de pH saludables.

Rigidez articular

Esto ayudará a reducir la rigidez y el dolor de las articulaciones. Los limones, que son alcalinizantes, pueden confundirse con alimentos ácidos. Tendemos a pensar que la inflamación es una reacción a una lesión o a un esfuerzo excesivo. Pero ése es sólo un aspecto de la inflamación. La inflamación sistémica crónica puede ser la causa de muchas enfermedades relacionadas con la edad, como la aterosclerosis y el cáncer, la obesidad y la diabetes. También puede provocar enfermedades del aparato digestivo, artritis y Alzheimer. Las citoquinas regulan las respuestas inflamatorias y la salud de las articulaciones. Las citoquinas, un pequeño grupo de proteínas secretadas en células específicas del sistema inmunitario, se liberan en el torrente sanguíneo o directamente en los tejidos y actúan como mensajeros para las células.

Regulan el sistema inmunitario del organismo y ayudan a mantener los procesos celulares normales. Las citoquinas, que son proinflamatorias, pueden hacer que el organismo produzca demasiados radicales libres, lo que puede dar lugar a un bucle causa-efecto perjudicial para la salud. Los sistemas inmunitarios fuertes desencadenan la respuesta inflamatoria para tratar lesiones o infecciones. Las malas elecciones dietéticas y los estilos de vida estresantes pueden provocar una inflamación de bajo grado, que impide la reparación y regeneración celular y, a la larga, destroza las articulaciones. Por ejemplo, el cortisol, una hormona que se libera en respuesta al estrés, puede provocar inflamación.

Inflamación

Una dieta rica en azúcares y carbohidratos refinados también puede provocar inflamación crónica. La inflamación es la respuesta del organismo a las sustancias tóxicas. La sobrecarga tóxica puede deberse a una mala elección de alimentos, el tabaco, el alcohol, el café, los pesticidas y productos de limpieza del hogar, los alérgenos y herbicidas, así como las sustancias químicas de los productos de cuidado personal. Para reducir la carga tóxica de su cuerpo, desintoxicarlo, purificarlo, regenerarlo y aliviar el dolor, la rigidez y la hinchazón que acompañan a la inflamación, utilice una limpieza suave. El papel de la inflamación lo desempeñan los cambios en el estrógeno, la progesterona y la testosterona. No es sorprendente que las mujeres experimenten a menudo dolor en las articulaciones después de la menopausia y la perimenopausia.

El estrógeno del cuerpo tiene un efecto antiinflamatorio, por lo que las fluctuaciones en los niveles de estrógeno durante esta transición natural pueden conducir a la inflamación crónica. La progesterona bioidéntica es una hormona natural que puede ayudar a reducir la inflamación. Puede equilibrar las hormonas, apoyar el sistema endocrino y aliviar el estrés.

Tratamiento natural

Entre las hierbas y alimentos antiinflamatorios naturales figuran la alfalfa, la melaza negra, el apio, las cerezas y la garra del diablo. También ayudan a reducir la inflamación y aliviar el dolor y la rigidez de las articulaciones. Puedes utilizarlos en la comida o complementarlos con cápsulas y tinturas. El ejercicio regular puede fortalecer los músculos y los tendones y ligamentos que rodean las articulaciones afectadas. También puede preservar la movilidad en aquellas articulaciones que están desarrollando artrosis. Hacer ejercicio con regularidad, mantener un peso saludable y estar activo ayudará a conservar la flexibilidad y movilidad del cartílago. El descanso es esencial para el organismo. Es un agente antiinflamatorio que lo restaura y sana. Duerma de 7 a 9 horas cada noche.

 

 

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